Bitácora Camino de Santiago


9.58h                                                                 Sábado 13 de julio

El camino se hizo largo y meteorológicamente complicado, viento, lluvia, niebla. Conseguimos llegar a Estella donde dormimos en el coche, junto a un almacén de grano. Aquí es inverno, me equivoqué de modelo. Hemos desayunado en Puente la Reina, café y colesterol y vamos a dejar el coche para iniciar ruta... menudos repechos nos esperan.
Pamplona está en fiesta y contrastan las verdes praderas con las siluetas blancas manchadas de rojo.

20.22 h.

Por fin duchada aunque con agua fría, ¡por lista!. La colada tendida por si más adelante llueve, y listos para buscar un lugar donde cenar. El albergue está muy bien; limpio, con tendederos, guardabicis y agua caliente...aunque yo no la haya podido disfrutar
Habíamos previsto llegar a Estella pero finalmente estamos en los Arcos, 65 Km bastante agradables, excepto el tramo de salida de Estella. Con el cuerpo relajado tras la comida se hizo muy duro arrancar de nuevo. Una vez recuperado el ritmo ¡genial!: tramos por caminos entre encinas; el Monasterio de Irache; la Fuente del vino...huele a libertad.
Al retomar la carretera no tuve que poner pie a tierra. Infinitamente satisfecha. Al atardecer con el sonido de los pájaros nos vamos a pasear ¡que gozada!. El albergue sólo 3 euros (Es el que está junto a la Casa de la Cultura, por lo visto hay otro pero cuesta el doble)


16.15 h.                                                             Domingo 14 de  julio

Salimos temprano de los Arcos a las 9.00 h. y aún así ya se habían ido todos. Dormí como un bebe,...después de que Javier se convirtiera en el Increíble Hulk para echar los adolescentes que tonteaban con las peregrinas de arriba desde la ventana. En silencio y a oscuras todo se paró.
De Viana fuimos a Logroño una vez sellado, vista la Iglesia y comprado el pan, todo fue pedalear sin problemas hasta la gran ciudad donde dimos mil vuelta antes de encontrar el casco antiguo, ya que parece ser que ningún ciudadano de Logroño lo tenía claro. Continuamos hacia Nájera donde pararemos a dormir pero de momento comemos en Ventosa, un pueblo diminuto en medio de la nada donde aprovechamos la pradera de la Iglesia para el Pic-nic.

Lo mejor del día “el abuelo de Viana” 97 años y aun daba guerra. Nuestro colegas de Bilbao y Barcelona nos encuentran a cada paso del camino. Las piernas van bien...el culo ¡¡pa que vamo a hablá del tema!! Lo peor la sobrecarga en el cuello y de ahí pa  abajo!!
Fin de etapa en Nájera, un albergue con muy buena pinta, pero nos mandan a dormir al polideportivo...¡hoy pillamos suelo! Pora avanzar nos duchamos aquí...otra vez toca agua fría...bueno ya llegará. Ahora toca esperar a que nos lleven allí. Sentados en una plaza medieval buscando el sol nos toca esperar; 65 Km no ha estado mal. Podíamos haber seguido pero tras la ducha...¿quién piensa en pedalear?





10.30 h.                                                             Lunes 15 de julio

Después de una noche horrible hemos amanecido a las 7.00 h. y estamos en Santo Domingo de la Calzada. Se ha hecho duro porque se está fraguando una tendinitis severa en mis dos rodillas. Anoche me hubiera vuelto a casa, no recuerdo un dolor parecido pero después de 20 Km en caliente me siento bien. Hemos comprado lo necesario para combatir los dolores y espero ir mejorando poco a poco. Una noche para recordar en un polideportivo de Nájera, durmiendo en el suelo me sentí como un refugiado, pero estaba a gusto. Seguimos viendo las mismas caras: los chicos de Bilbao, el francés del carrito. Cenamos muy bien en la Bodega de la Judería y a las 22.00 h. teníamos la espalda contra el suelo.
           
19.00 h.                                                             Martes 16 de julio

Se ha hecho duro el comienzo, pero tan gratificante la llegada que mereció la pena. Paramos para comer en Villlafranca justo al pié del puerto, 1190 m que me obligó a echar pié  tierra. El ascenso fue difícil pero increíble al llegar a arriba. Un mar de copas verdes, surcados por caminos rojos y adornados por flores de mil colores... me hace sentir tan bien.  En el alto de Valdefuentes hacemos un alto para la colada, el lugar es precioso y hay una fuente de agua congelada que sale de la cabeza de un carnero y de la que, a pesar de lo que yo haya hecho...no se debe beber.

Tomamos el camino hacia San Juan de Ortega donde haremos noche. La pista de tierra roja se adentra en un bosque de robles, pinos y otras especies que inundan el aire de aroma a madera y hoja verde. ¿Puede haber algo más gratificante?. Cuesta abajo sin esfuerzo la pista nos lleva por un paisaje increíble y cuando el bosque se abre...aparece el valle adornado con la luz del atardecer y con la silueta al fondo de San Juan de Ortega, el albergue donde haremos noche. Habitaciones repletas de literas, todas ellas ocupadas, donde se mezcla todo tipo de gente, dejando a un lado la comodidad. Otra vez ducha fría pero esta noche tenemos colchón.

19.40 h.                                                             Miércoles 17 de julio

De San Juan de Ortega a Castrojeriz, 75 km de pistas atravesando mares de trigo mecidos por el viento. Se hace más duro el camino por tierra pero es igualmente gratificante. Atravesamos Burgos a pie nos acercamos a la Catedral y salimos por la universidad. Hoy nos perdimos, hicimos el camino por separado y tras la desesperación y el quien perdió a quien llegó el reencuentro. Hontanares parecía el oasis en el inmenso trigal pero no era nuestro destino. Quedamos en comer en Castrojeriz y para llegar allí el camino te  obliga a humillarte y pasar bajo los arcos del Monasterio de San Antón, verdaderamente impresionante la inmensidad de sus ruinas. El entorno me arranca una sonrisa. Sigo perdida y da igual. Cuando llegamos a Castrogeriz decidimos dormir aquí, nos mandan de un lado a  otro y llegamos al paraíso. Un albergue regentado por  un argentino encantador que nos ofrece cobijo, agua caliente y un lugar maravilloso donde pasar la noche. Hoy me siento realmente bien, soy feliz, muy feliz...la vida me arranca mil sonrisas y hoy no se como lo pagaría.  
                                                           Jueves 17 de julio
De Castrojeriz a Sahagún 92 km suaves pero con un calor infernal. El paisaje es yermo y los pueblos feos de adobe acrecentando la sensación de calor. Ha sido la etapa más larga y aunque no la más dura, llego rendida y sedienta. El albergue está muy bien. Es un monasterio en ruinas cuyas cúpulas las han sustituido por techos a dos aguas de madera con grandes vigas. Es un centro cultural muy completo. Cama agua caliente y tranquilidad, estoy empezando a acostumbrarme.

12.00 h.

Salimos desde Sahagún hacia el Burgo de Ranero y Mansilla de las Mulas, donde paramos a desayunar. El Camino Francés es un paseo; asfalto suave y sin tráfico en una recta inagotable con  leves pendientes. Nos servirá para recobrar fuerzas y descargar mis muslos.
Finalmente nos quedamos en León a las 15.00h. Siesta, ducha, colada y televisión...¡como señores!. Salimos a conocer León; mejor de lo que parecía. La Catedral¡ impresionante! Esta noche dejamos de lado los menus y nos vamos de “picos pardos”. No tenemos hora de llagad y mañana no nos echan hasta las 10.00 h....lo dicho,  como señores...

20.50h.                                                              Viernes 19 de julio

Hemos cambiado el ritmo y ahora es más llevadero. El calor no nos dejaba pedalear a gusto y además íbamos demasiado rápido, así que ahora paramos a las 15.00 h. en el albergue de Astorga. Para ser justa debo hacer mención a la Catedral de León, impresionante mosaico de colores, dimensiones enormes y un ambiente increíble; no deberíamos pasar sin entrar en ella. De León a Astorga, y a las 15.30 siesta. Un calor infernal que te hace odiar cualquier lugar de destino. Por la noche con la cervecita todo cambia de color. Una catedral descomunal gótica barroquizada, el Palacio de Gaudí y la brisa nocturna como caricia suave me lleva de nuevo a mi pequeña parcela de felicidad, terraza, pizza, charla y relax...estoy a gusto una noche más. Astorga la nuit...agradable. A las 22.30 cierran el albergue, hay que correr...

8.27 h.                                                               Domingo 21 de julio

Al otro lado de León cambia el paisaje, vuelven las montañas, las encinas y los pueblos con encanto. La subida a la Cruz de Hierro la hicimos arrastrando el peso de nuestros pecados, como manda la tradición; subimos una piedra hasta la cota alta del puerto para dejarla a los pies de la Cruz. Cuando las dejamos descubrimos que los demás peregrinos tienen pecadillos beniales a juzgar por la diferencia de tamaño entre nuestros pedrolos y sus chinorrillas. ¡Una pena que nos equivocáramos de cruz! Comimos a la sombra de una valla, al aroma de las vacas. Cuando coronamos el puerto... todo hay que decir,...con pie a tierra...comenzó la bajada de 15 Km. sin tocar pedal. Peligrosa pero agradecida. Desde arriba el paisaje era precioso,  te sientes tan pequeño sobre la inmensidad de las montañas.

A media bajada atraviesas un pueblo blanco atravesado por vigas de madera, con calles inclinadas habilitadas para desaguar. Un aspecto medieval lleno de encanto.
A 6 km de Ponferrada está Molinaseca; un embalse que forma una piscina natural bajo los arcos de un puente de piedra, donde pude comprobar las delicias del agua congelada de os ríos de León. El albergue de Ponferrada es una maravilla. El ambiente encantador; grupos de andaluces con guitarras y buen humor amenizan la tarde hasta el toque de queda. Dormimos en una habitación de 4 con un matrimonio de Águilas. Eso si!! A media noche me fui fuera a dormir porque no conseguía “ coger el ritmo” a los ronquidos. ¡Demasiadas noches sin dormir!

11.50 h.

Desde Ponferrada en dirección a Villafranca del Bierzo pasamos por Cacabelos un pueblo precioso con una casa rural con tienda donde coincidimos con los colombianos y los de Badajoz. La provincia del Bierzo resulta un paseo encantador entre viñas, con las montañas al fondo. Continuamos hasta adentrarnos en los montes del puerto de Piedrahita. Finalmente no dormimos en la Vega de Valcárcel, sino en el pueblo siguiente. Dos mariconas locas resentidas regentan el refugio. El sitio no está mal pero estas dos son unas bordes y estamos en medio de la nada. Después de la ducha, la siesta y un paseo largo, decidimos subir a O´Cebreiro antes del anochecer. Fue duro pero lo hemos conseguido. Eso si en el albergue de 80 plazas hay 150 personas así que hoy toca suelo. Aquí arriba hace frío pero la cena compensa de todo. El pueblo es precioso. A las 23.00 en la cama, y un monstruo de la cama cercana comienza la serenata. Le bautizamos como “el metralleta”, pierde aire por todas partes, da alaridos, grita, gime y sus ronquidos son monstruosos, aterradores. Esto no lo arregla ni el Dalai Lama.

8.00 h.                                                               Lunes 22 de julio

La noche ha sido aterradora y húmeda. Pero al mirar por la ventana me vuelvo a sobrecoger...un mar de niebla lo invade todo...es como si voláramos sobre las nubes. Bonito comienzo para este día. La bajada de O´Cebreiro resultó ser una escalada a otro Puerto , El Poio. Estoy destrozada, me toca pagar los esfuerzos de ayer. El paisaje gallego es precioso. Lugo nos acoge entre la verde vegetación, el aroma a vacuno (que no nos abandona) y la humedad del clima gallego. El cielo nublado permanentemente amenaza lluvia y de vez en cuando se nos moja la cara mientras apretamos para llegar cuanto antes a Porto Marín. Pasamos Sarriá, donde todo está colapsado y no hay donde dormir.

Rumbo a nuestro destino tomamos el camino entre vallas de piedra y árboles que simulan cúpulas verdes. Muy bonito pero está siendo la etapa más dura. Todo mejora al retomar la carretera y conseguimos llegar antes que la  lluvia al pueblo que nos dará cobijo esta noche. En Portomarín el albergue también está colapsado, así que de nuevo nos toca polideportivo, suelo y ducha fría. Es curioso el polideportivo está dentro de un edificio de la Plaza Mayor que para nada parece externamente lo que oculta tras su fachada de piedra abalconada. Desde Portomarín sale aun mucha más gente, por aquello de ganarse el jubileo con los 104 km que lo separan de Santiago. Lo mejor del día...el bocata de queso con membrillo. Los momentos de felicidad intensa se salpican de gotas de melancolía y nostalgia.

15.25 h.                                                              Martes 23 de julio

La noche en Portomarín pasó rápida una vez que se impuso el silencio y la necesidad de descanso sobre los corazones arrebatados de los diferentes grupos de scouts que ocupaban el pabellón: unas 150 personas por los suelos. Ya dicen que sarna con gusto no pica.
A las 7.30 iniciamos la jornada y paramos a desayunar en Palas de Rey para continuar camino hacia Ardua. Es una etapa bonita parte por campo, parte por carretera. Atravesamos Lugo en busca de la provincia de Coruña. Continuas bajadas y subidas van calentando los músculos y cada vez resulta más fácil alcanzar las cimas a pesar del cansancio.





En Ardua, parada gastronómica, no podíamos irnos de aquí sin haber probado el pulpo y el queso de la tierra. Aprovechando que hay piscina en el pueblo haremos una paradita que nos ayudará a continuar hasta Santa Irene. Los caminos me siguen sorprendiendo; túneles de vegetación te transportan a otro lugar y otro tiempo. Huele a verde de castaños, robles y eucaliptos, Que maravilla de bosques, parecen sacados de cuento.

En Santa Irene no hay plazas ni en el suelo, así que decidimos continuar hasta Arca. La suerte nos sonríe; queda una cama de una señora que acaban de levarse al médico y por fortuna unos novios amorosos aprovechan que necesitamos una cama para dormir juntos. ¡Quien lo iba a decir! A 17 km de Santiago, cama y ducha caliente. Hoy han sido de nuevo 80 km. Stoy un poco perjudicá!!

13.00 h.                                                             Miércoles 24 de julio

Desastrosa llegada a Santiago. Después de una interminable espera desde las 9.30 a las 13.00 para que abrieran el albergue, después de una cola absurda, nos dicen que los ciclistas han de esperar hasta las 20.00 h. Nos hemos perdido la misa del peregrino, y por primera vez en 12 días estoy de mal humor. No creo que encontremos albergue en Santiago así que probablemente intentaremos coger el coche y tirar esta noche hacia Madrid,...no se si quiera si nos lo cambiaran, si no, habrá que improvisar. ¡Que pena acabar así el viaje!...es desalentador.

16.15 h.                                                              Jueves 25 de julio

¡Me encanta que los planes salgan bien!...Javier con su toque diplomático nos consiguió cama en el Monte del Gozo y después de una ducha, comida y siesta, nos dimos un masaje en la máquina de hidrojet que tenían en demostración, para bajar después en autobús a Santiago.
La ciudad está repleta de gente y bandas de música y orquestas ambulantes recorren las calles animando el ambiente. Guardamos sitio en la Plaza de Obradoiro durante 3 horas y fuimos espectadores de un impresionante espectáculo de luz, sonido y fuegos artificiales. Ayer fue otro de esos momentos de felicidad que han salpicado el camino, aunque bañado por cierta nostalgia por el final de la aventura. Después del sobrecogedor espectáculo tomamos unas copas con Manolo y Pedro “los de Badajoz” y nos retiramos. Compartimos taxi con “los vascos” padre e hijo, y nos fuimos a dormir.

Esta mañana dejamos todo en el albergue y bajamos a Santiago pero ha sido imposible entrar en la Catedral, entre el día de fiesta y la infanta todo estaba colapsado. Nos hacemos unas fotos y con la compostela a cuestas vamos hacia la estación para recoger el coche.
De vuelta a casa deshacemos el camino que días atrás tanto disfrutamos en bici. Parece mentira, ni tan siquiera el paisaje se ve igual desde el coche y con el aire acondicionado. Vuelvo con la alegría de haber disfrutado cada minuto y la nostalgia que provoca la certeza de que lo bueno se acaba.

...772 km contabilizados...creí que no lo lograría. Este viaje no ha dejado de sorprenderme.


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